IM Saturno devorando a un hijo (Francisco de Goya)
Un equipo de científicos españoles, en el que participa la Universidad de Granada (UGR), ha demostrado que la violencia interpersonal letal, por la cual un sujeto es capaz de matar a sus semejantes, es un comportamiento ampliamente extendido en mamíferos, y la especie humana la ha heredado durante el curso de su evolución.
En un estudio que publica esta semana la prestigiosa revista Nature, los investigadores han recopilado datos de más de 4 millones de muertes y cuantificado el nivel de violencia letal en 1024 especies de mamíferos, a partir de 137 familias taxonómicas y en alrededor de 600 poblaciones humanas, que van desde hace 50000 años aproximadamente hasta el presente.
“¿Son los humanos violentos por naturaleza, como decía Hobbes, o seres pacíficos a los que la civilización corrompe, como sugería Rousseau? Esta cuestión ha cautivado a pensadores y científicos desde tiempos inmemoriales, pero a día de hoy aún no contamos con una respuesta definitiva, aunque probablemente ambos tenían parte de razón”, explica el autor principal de este trabajo, el investigador de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA-CSIC) y de la Universidad de Granada José María Gómez Reyes.
En este artículo, en el que también participa la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y el Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE-CSIC), los investigadores trabajaron sobre la idea de que el componente violento de la naturaleza humana podría deducirse de nuestra historia evolutiva en común con los mamíferos.
Mamíferos poco violentos Los científicos encontraron que existen linajes de mamíferos muy poco violentos con sus semejantes y otros donde la violencia es frecuente. “Los humanos pertenecemos evolutivamente a uno de estos últimos linajes, lo que sugiere que la violencia que manifestamos ya ocurría en las especies que fueron nuestros ancestros”, indica Marcos Méndez, de la URJC y coautor del artículo.
Tomando datos de humanos y otros mamíferos de una variedad de fuentes bibliográficas, y utilizando instrumentos comparativos filogenéticos, los científicos han determinado que la violencia letal como consecuencia de nuestro pasado evolutivo es en torno al 2%. “La violencia letal en humanos tiene, por tanto, un indudable componente evolutivo que antecede a nuestro propio origen como especie”, apunta Adela González Megías, investigadora de la UGR y coautora del artículo.
No obstante, una revisión de la violencia letal en 600 sociedades humanas, desde el Paleolítico hasta la actualidad, reveló que no es posible ignorar las influencias culturales sobre la violencia letal en humanos. De hecho, “los niveles de violencia interpersonal letal han cambiado a lo largo de la historia. Así, el nivel de violencia letal en las sociedades prehistóricas concuerda estrechamente con la estimada a partir de nuestra larga historia evolutiva conjunta con otros mamíferos, pero aumenta mucho en las sociedades caciquiles y desciende a niveles muy bajos en sociedades más complejas”, destaca Miguel Verdú, coautor del artículo e investigador del CIDE-CSIC.
Por ello, aunque la violencia interpersonal es un rasgo primordial en el ser humano, el tipo de organización social que desarrollemos puede mitigarla y favorecer la resolución pacífica de nuestros conflictos. Así, los resultados del estudio sugieren que la cultura puede influir a la herencia evolutiva de la violencia letal en los seres humanos.
Full bibliographic information
The phylogenetic roots of human lethal violence
José María Gómez, Miguel Verdú, Adela González-Megías & Marcos Méndez
Nature
DOI: 10.1038 / nature19758