Investigadores de la UPM lideran un estudio que analiza distintas formas de ejercicio y determina sus beneficios durante el embarazo de cara a controlar el sobrepeso y prevenir la diabetes gestacional.
Una de las preocupaciones más frecuentes de las mujeres cuando están embarazadas es el control de su peso, no solo por motivos estéticos, sino sobre todo, para prevenir posibles complicaciones materno-fetales durante el proceso de embarazo y parto, y el desarrollo de la diabetes gestacional, una enfermedad que puede dañar al bebé e incrementar las posibilidades de que en un futuro este desarrolle también diabetes. La posibilidad de hacer ejercicio, siempre de forma moderada, durante este periodo, es actualmente una de las fórmulas más recomendadas por los profesionales sanitarios para prevenir ambos problemas. Pero, ¿qué tipo de ejercicio es más beneficioso para la madre y el feto y con qué intensidad? Un estudio liderado por investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid tiene la respuesta.
“Aunque tradicionalmente existían ciertos recelos relacionados con la práctica de ejercicio físico durante el embarazo por parte de la mujer e incluso los profesionales sanitarios, hoy en día no existen dudas sobre los relevantes beneficios que éste aporta tanto a la madre como al feto”, explica Ruben Barakat, investigador de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte-INEF de la UPM y autor principal del estudio en el que también han participado investigadores de la Universidad de Flores (Argentina) y de Western Ontario (Canadá).
Sin embargo, pese a que los beneficios del ejercicio físico durante el embarazo ya se han aceptado, aun son pocos los datos de los que se dispone sobre el tipo de ejercicio que puede resultar mejor para la madre y el feto. El trabajo realizado por los expertos establece una comparación entre el ejercicio realizado en suelo, las actividades acuáticas y una combinación de ambas fórmulas.
Para ello, se compararon los resultados de tres ensayos clínicos realizados en hospitales de Madrid y Buenos Aires y en los que participaron un total de 568 mujeres gestantes sanas. Los tres ensayos tuvieron las mismas características en cuanto a intensidad, duración y frecuencia del ejercicio de manera que se evitase cualquier sesgo que no fuese la tipología del mismo: suelo, agua o una combinación de ambos, además de los correspondientes grupos de control.
“El vertiginoso avance de las distintas modalidades de actividad física y deportiva existentes, nos exige investigar acerca de las opciones más seguras y adecuadas a la realidad de una mujer embarazada. Indudablemente la propia naturaleza del proceso de embarazo y parto impone una serie de riesgos, limitaciones y recomendaciones a tener en cuenta que no están presentes en la población no gestante, motivo por el cual se hace interesante conocer el alcance y las fortalezas de los diferentes tipos de ejercicio físico, con el objeto básico de mejorar en el diseño de nuevos programas”, explica Rubén Barakat.
Los resultados del trabajo, recientemente publicados en la revista Medicine and Science in Sport and Exercise muestran una interesante tendencia: mientras que el programa de ejercicio en suelo (sala) fue más efectivo a la hora de evitar la excesiva ganancia de peso gestacional (sólo un 20% de gestantes excedieron su ganancia de peso frente al casi 40% del grupo control), los ejercicios en piscina o una combinación de ambos resultaron más adecuados para prevenir la diabetes gestacional.
“En el caso de los ejercicios de agua intentamos huir de la conocida Natación para Embarazadas y creamos un programa de actividades adaptadas a las necesidades y requerimientos del embarazo, dentro del entorno acuático que se mostró muy eficaz para la prevención de la diabetes gestacional y sus consecuencias”. (Se detectó apenas un 1% de mujeres con Diabetes Gestacional frente a un 4 % del programa de suelo y un preocupante 7% del Grupo de Control).
El Grupo de Actividad Física en Poblaciones Específicas (AFIPE) del INEF-UPM trabaja desde hace más de 15 años en colaboración con los Servicios de Ginecología y Obstetricia de diversos hospitales universitarios de la Comunidad de Madrid, así como con universidades extranjeras (Argentina, Canadá), estudiando los efectos del ejercicio físico durante el proceso de embarazo en las respuestas maternas, fetales, del recién nacido/a e incluso del infante en sus primeros años.
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